Comunicados, Textos GEA, Universidad Pedagógica Nacional

Un nuevo semestre de represión, resistencia, lucha y esperanza en la UPN.

La inepta, corrupta y autoritaria administración Orozco solo necesitó dos meses para seguir cometiendo los más viles atropellos contra estudiantes y profesoras que  habitan la Universidad Pedagógica Nacional.

Canchas UPN

Las medidas arbitrarias del pasado que permitieron el aumento de cupos sin una ampliación eficiente  de la infraestructura, la entrada de los cuerpos represivos del Estado paramilitar colombiano al campus de la calle 72, el silencio frente a las amenazas y el posterior exilio de los profesores Renán Vega Cantor[1] y Adolfo León Atehortúa, el traslado de la División de Admisiones y Registro al lujoso edificio de la calle 79 y  la imaginaria construcción de Valmaría, se acentúan hoy en el Plan de Entornos Amables que ha permitido la destrucción de las oficinas estudiantiles, la remodelación inconclusa de los baños del edificio A, la persecución a las compañeras que tienen chazas, la eliminación de las jardineras, el aumento de celadores, la dudosa y sospechosa eliminación de la puerta de la calle 73 con el fin de tener las puertas abiertas a la policía pero no a las demás personas que no pertenecen a la universidad porque ellas sí “representan un peligro para la comunidad universitaria”  y  finalmente el ocultamiento de los verdaderos problemas estructurales que aquejan a  la universidad.  

Materas

Lo anterior, se ha evidenciado en la primera semana de clases donde los corazones y mentes rebeldes hemos visto como el caos, la rabia y la indignación rodea los pasillos, los salones  y los distintos espacios de socialización ya que las remodelaciones impulsadas por la administración Orozco en lugar de crear un ambiente sano, reflexivo y agradable ha generado un malestar de desesperación e incomodidad.  

El desplazamiento que tienen que realizar estudiantes y profesoras del edificio A, por falta de baños, a lugares dentro (los cuales también están en condiciones denigrantes) y fuera de la universidad, la  intención de eliminar las chazas[2] que permiten al estudiantado comprar alimentos en el intercambio de clases y la ausencia de los espacios culturales, organizativos y estudiantiles que permitía llevar a cabo las oficinas estudiantiles son solo tres ejemplos que muestran el interés del señor Orozco en convertir la UPN en una universidad burguesa y mercantil al servicio de la oligarquía mafiosa y criminal colombiana. Además, es necesario tener en cuenta, esos lugares habitables creaban no solo proyectos de convivencia sino también ingresos que daban posibilidad a muchas estudiantes de pagar sus estudios y de sostener sus hogares como en el caso de las chazas.

Chaza UPN Edificio B

Por otro lado, la ausencia de esos espacios ha reflejado el hacinamiento ascendente que viene teniendo la universidad desde el 2002[3] y la crisis estructural de la UPN que, óigase bien, no se soluciona solo con el arreglo de los baños, las puertas o los vidrios sino que se soluciona con la reducción de las deudas, el aumento de profesoras de planta[4], la disminución del presupuesto destinado a seguridad privada, el respeto a los Derechos Humanos, la suspensión definitiva de cierres de algunos programas académicos, el apoyo financiero a investigación,  la ampliación de salidas de campo,  la cancelación de los cursos para profesionales no licenciados, el uso racional de Bienestar Universitario[5], el mejoramiento  de las condiciones de la biblioteca, la reapertura de  las puertas de la cafetería pero alejada completamente de la inversión privada y la solución inmediata para las compañeras que estudian en precarias condiciones en la sede de Valmaría.

Convite

Finalmente, el señor Orozco estará pensando que las estudiantes y profesoras se quedarán inmóviles o elogiarán los pésimos cambios de infraestructura y el tan publicitado Plan de Entornos Amables[6]. Sin embargo, la administración se olvidó que el estudiantado de la UPN salió a las calles y levantó su voz en el 2009 cuando el entonces rector Ibarra no atendió el llamado de la Comunidad Universitaria a una rendición de cuentas  por el desfalcó financiero que ocasionó una crisis igual o peor a la que estamos viviendo actualmente. De igual manera, los hacendados de la calle 72 se olvidaron que la Universidad Pedagógica Nacional fue una de las primeras universidades en el país en mandar el Paro Nacional Estudiantil del 2011 como consecuencia de las condiciones financieras, estructurales y académicas deplorables que evitaban la digna adquisición del conocimiento. 

De esta manera y a pesar del ánimo empresarial de demoler los espacios organizativos y legítimos del estudiantado, las mentes libertarias invitamos a la comunidad universitaria a seguir luchando, impulsando, levantando y reconstruyendo proyectos revolucionarios[7]que estén al servicio no solo de la comunidad universitaria sino de las clases oprimidas del sistema.   

 Grupo Estudiantil Anarquista GeA


[1] Hay que recordar que el profesor Renan Vega Cantor se ha caracterizado por su oposición no solo a la administración Orozco sino a las demás administraciones que han querido convertir a la UPN en una universidad al servicio de las clases dominantes. No es casualidad que Ibarra no se haya pronunciado cuando Renan Vega ganó el premio libertador al pensamiento crítico otorgado por la república bolivariana de Venezuela. Tampoco es casualidad las amenazas intimidantes contra la integridad física de este académico e historiador cuando era representante de los profesores ante el consejo superior en el 2007.

[2] Además de quitar las oficinas estudiantiles donde la mayoría de chazeros guardaban sus mercancías, el señor Orozco ha querido cumplir el parágrafo h, artículo 37, capítulo VII del arcaico y fascista reglamento estudiantil que intenta sancionar, por medio de la expulsión de la universidad, a los estudiantes que vendan o comercialicen productos dentro del campus de la calle 72.   

[3] Según cifras de algunos académicos, la UPN pasó de tener 2000 estudiantes en el 2002  a 10000 estudiantes en el 2013. Hay que tener en cuenta que, durante este periodo, la universidad no ha aumentado el presupuesto ni ampliado los salones; por el contrario, la administración ha contraído más deudas financieras como la de findenter por un valor de 9000 millones, optando por  la  solución facilista y ridícula de alquilar salones fuera del campus universitario como pasa con el edificio “ideas” que tampoco ya da abasto con el hacinamiento de la UPN, en lugar de invertir ese dinero en ampliar los salones de una vez por todas.

[4] Solo un 18% de los profesores son de planta, mientras el 83% restante son ocasionales o catedráticos.

[5] La tarea principal de bienestar universitario es evitar la deserción estudiantil. No obstante, la administración utiliza esta dependencia administrativa para entretener al estudiantado y alejarlo de las verdaderas  problemáticas de la UPN como se evidencia en los torneos de microfútbol o los festivales de cuenteros.

[6] Ni siquiera en los cambios de infraestructura el señor Orozco hace las cosas bien ya que los salones están que se caen, los pupitres están dañados, los tableros se encuentran rayados y las luces no sirven.

[7] Un caso ejemplar en el inicio en la materialización de estos proyectos es el convite por la Universidad impulsado por la coordinara estudiantil UPN que intenta reconstruir la caseta cultural que habitaba la Plaza Darío Betancourt Echeverry. De igual manera, decenas de colectivos se han organizado para coordinar procesos gremiales no solo en las licenciaturas sino también en las facultades como se evidencia en la creación, a corto plazo, de consejos estudiantiles que atenderán las problemáticas locales reflejadas en los ámbitos financiero, académico y estructural.     

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